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Cómo influye la crisis del entorno construido en el cambio climático

Con el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU calificado de "código rojo para la humanidad", analizamos cómo la construcción y el funcionamiento del entorno construido afectan al cambio climático y cómo la tecnología de inspección puede reducir significativamente las emisiones globales de CO2.

Built Environment Impacting Climate Change

Inspección de infraestructuras y activos de estructuras de hormigón

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Un importante informe científico publicado recientemente por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU es 'código rojo para la humanidad'.

El informe advierte de posibles catástrofes meteorológicas en el futuro, como sequías, inundaciones y olas de calor, debido a los efectos del aumento de la temperatura del planeta. Sin embargo, existe la esperanza y la posibilidad de que los acontecimientos catastróficos puedan evitarse si, como comunidad global, actuamos con la suficiente rapidez.

Cada año, la humanidad emite aproximadamente 40.000 millones de toneladas de CO2. Sorprendentemente, entre el 30 y el 50% de estas emisiones globales de CO2 proceden de la construcción y el funcionamiento del entorno construido.

El entorno construido sustenta e impulsa nuestras vidas, nos afecta a todos y cada uno de nosotros todos los días. Pero, por desgracia, muchas estructuras se están deteriorando a un ritmo sin precedentes. Muchas se han construido mal, otras se han mantenido mal a lo largo de los años y se han vuelto ineficientes.

La situación

Las estructuras se están desmoronando -como hemos podido comprobar con el derrumbe de los condominios de Miami y otros colapsos de infraestructuras en todo el mundo- y el planteamiento de arreglar lo que está roto no sólo implica activos no rentables, sino también enormes ineficiencias y riesgos para la seguridad. Estamos inmersos en una profunda crisis global del entorno construido que está teniendo un enorme impacto en nuestro clima.

El cemento por sí solo representa entre el 8 y el 10% de las emisiones mundiales de CO2. Si no cambiamos la forma de construir nuevas estructuras y de conservar y modernizar las existentes, no alcanzaremos los objetivos cruciales en materia de CO2.

Aunque las estructuras nuevas bien diseñadas pueden funcionar de forma más eficiente, todas ellas contienen grandes cantidades de CO2. Esto significa que derribarlas y reconstruirlas -aunque se haga de la forma más sostenible- no es la solución. A menudo se tardaría décadas en recuperar el daño de CO2 causado por esta vía.

Las estructuras de hormigón más sostenibles son probablemente las que ya se han construido. Si queremos alcanzar todos nuestros objetivos de sostenibilidad climática -que debemos hacerlo- no podemos seguir la estrategia de demoler y reconstruir.

¿Cuál es la solución más sostenible?

Empieza con buenos diseños y una construcción de alta calidad. Después, hay que documentar el estado final de la obra con inspecciones para obtener un certificado de nacimiento con todos los defectos de la estructura.

Las comprobaciones visuales forman parte de esa ecuación de inspección, pero hay que profundizar mucho más. Utilizando un enfoque multitecnológico se puede escanear en profundidad la estructura y encontrar esas deficiencias ocultas, para saber desde el principio dónde hay que prestar atención.

A lo largo de la vida útil, la degradación de los activos y los costes de reparación resultantes siguen curvas parecidas a esta...

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Lo que hay que hacer es aplanar esas curvas. Para ello, empieza por las inspecciones preventivas.

Las inspecciones preventivas permiten identificar los puntos débiles en desarrollo antes de que se rompa nada e impulsan el mantenimiento proactivo.

Por último, cuando las estructuras envejecen, a menudo pueden rehabilitarse para tener lo mejor de ambos mundos. Los materiales pueden conservarse para reducir el impacto ambiental, al tiempo que se mejora la eficiencia de los activos y se añaden nuevas formas y funciones.

Debemos mantener, modernizar y renovar nuestras estructuras para que funcionen el mayor tiempo posible. Y punto.

Las inspecciones en profundidad son el punto de partida para disponer de información clara sobre el estado de los activos y sobre qué, cuándo y cómo actualizarlos de forma sostenible. Cuanto antes conozcamos el estado de salud completo de nuestras estructuras, mejor podremos tomar medidas de mantenimiento predictivo continuo.

Estamos aquí para ayudar y contribuiremos con InspectionTech a una sociedad con cero emisiones netas de carbono.

¿Quiere saber más sobre cómo puede contribuir a ganar la lucha contra el cambio climático con inspecciones preventivas? Póngase en contacto hoy mismo con nuestro equipo en.

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